lunes, 30 de agosto de 2010

Granjero Busca Esposa 3. 29/08/10
¡GRANDIOSÍSIMO!



Amigos y amigas, no sé ustedes pero yo estoy encantado. El programa de ayer se salió por todas partes. Ya lo anticipamos la semana pasada, algo grande se intuía. Por fin llegó la recompensa a tantos momentos de incertidumbre y la contestación en forma de bofetada orgiástica a todos los que en algún momento pensamos que este bendito programa se iba al carajo. Lo olíamos, lo sentíamos, estábamos ansiosos y por fin ayer los ecos de Granjero 1 y 2 retumbaron en todas las granjas y explotó el éxtasis. ¡Qué ritmo, qué puntazos de inflexión, qué manera de resucitar fiambres!… por fin se acabaron los primeros planos de ortos de vacas expulsando heces kilométricas, los malditos corderitos, las succionadoras de leche, los planos embalados y sobre todo la sensación de aquí no pasa nada. Ya podemos comparar esta edición tan excelsamente manipulada con los grandes momentos que vivimos en el pasado con Escur, Vitis, Guillamet, Ana y Aitor, Alberto… y demás secuaces granjeros. Granjero Busca Esposa 3 ha estallado. Celebrémoslo, comentemos cada pequeño detalle, alabemos a la categoría de los dioses a nuestros favoritos y destrocemos sin remordimientos a los que peor nos caigan, exprimamos esta obra maestra catódica hasta el aburrimiento. ¡Ayer, hoy y siempre: GRANJERO BUSCA ESPOSA!
Mis destacados de la semana son los siguientes:

Priscilium, no hay dos sin tres.

Pobre Priscilium. La verdad, meter a la joven y esbelta toygirl sudamericana ha sido un golazo para nosotros los telespectadores y una soberana putada para el bueno de Priscilio, ya ahogado por la presencia de Marta e Inma y ahora directamente al borde del ataque de ansiedad cíclico y probablemente crónico. Todo empezó con el flashback de la semana pasada, aquella terrorífica cena en la que Inma se erigió como la psycho con más talento y futuro de esta edición. Lo que iba a ser una cena romántica acabó en un sin sentido agobiante y repleto de silencios cortantes. La cosa va así, Inma la malvada, la misma que le plantó un beso en los morros al bueno de Priscilium en la fase clasificatoria se pone como un obelisco cuando Priscilio le recuerda tan magno momento, se auto-acusa de guarra y ¡boom!, empieza un loop de sobresaltos y sorpresas que puede que acabe con Priscilium con camisa de fuerza. La bronca, un vergonzosísimo intento de reconciliación a la orilla de la piscina y finalmente la maravillosa aparición de Elisa. El recibimiento a la bella sudamericana por la inesperada pareja de amigas de Inma y Marta fue sangrante y barriobajero. Poseídas por Belcebú y reconcomidas por la envidia demostraron lo hijoputa que puede llegar a ser el ser humano. Ni en Gossip Girl, ni en Hombres Mujeres y Viceversa habíamos asistido a una declaración de desprecio y asco tan clara y tajante. Por fortuna no llegaron a apalearla ni a llamarle “puta negra” y tampoco a escupirle pero ese ralentizado “es una sorpresa muy agradable” sonó mucho más fuerte. Afortunadamente la pulga sexy de 19 años no es retrasada y viene dispuesta a todo: quiero que Priscilio sea mío y yo ser suya. ¡Bravo!, todo indica pues que nos espera una lucha a vida o muerte por un hombre al que no sabemos si le gustan las mujeres. Panorama extraño el que se avecina.

No quería dejar Albacete sin destacar el apasionante adelanto de la semana que viene con un Priscilium delirante, agobiado y sudado, intentando arreglar semejante berenjenal de la peor manera posible, besando a los tres bichos en tres citas distintas. La escena final de Priscu con su polo rosa llorando como un adolescente al que su novia le deja por su mejor amigo fue un momentazo durísimo. ¡Dios, qué pena! y ¡dios, qué grandes momentos nos aguardan!

Angstonio, fan a muerte.

No sé ni por dónde empezar. Todo lo que aconteció en la granja cordobesa fue enorme. Hacía tiempo que no acumulaba tanta tensión televisiva y la liberaba tan plácidamente. Ayer tuve un orgasmo, por muy raro que os parezca, disfrutando asombrado con los cambios de registro y comportamiento de mi jabalí televisivo favorito. Para mi gritar viendo la televisión es señal de gloria. Estremecerse y sentir como la vergüenza ajena recorre todo tu cuerpo me parece lo máximo, uno de los placeres más gratos de los que puede disfrutar el ser humano. Así somos los que amamos la telebasura, así sentimos, así somos de retorcidos y facilones. Ayer, gracias a la incoherencia animal de Antonio grité 3 veces y se lo agradeceré eternamente. La brusca interrupción de Cristina, la tímida calentorra, fue un acierto monumental. Pasemos pues a repasar los gritos de ayer:

Grito 1. El encuentro.
El encuentro entre Cristina y Antonio fue brillante, a la altura de la pelea a ostiazo limpio entre los Vitis y más grande que el primer beso rosca y paranormal de Aitor y Ana. Sólo faltó la cámara lenta. Se avistan, corren el uno en busca del otro, Antonio sin soltar el móvil y a una velocidad de escándalo corre hacia su amada (esa que ha visto 3 minutos en su vida) y se funde en otro monumental beso. Se abrazan como si hiciera siglos que no se ven, como el hijo que se reencuentra con su padre secuestrado por las FARC durante décadas, como las hermanas separadas por la dictadura y unidas por Paco Lobatón… de lagrimita.
Grito 2. “Te quiero, en serio”

Después de tan bochornoso espectáculo los tortolitos se sientan en un banco a rememorar lo mucho que se han echado de menos desde aquel romántico beso. Antonio, emocionado como Marco cuando encontró a su díscola madre le suelta: “te quiero, en serio”. Precioso. Si al día de conocerse su amor está alcanzando tan altas cotas no quiero ni pensar lo que podemos encontrarnos el domingo que viene tras dos o tres días de convivencia. Estoy ansioso.

Grito 3, por triplicado.

Me he dado cuenta que soy fan de Antonio, mi momento favorito siempre es cuando se pone serio y tiene que plantearle algo a las chicas. Me parece muy chistoso y me alucina como ese enorme ser se convierte en un manso gatito, como esa agresividad aparente se tuerce en torpeza ejemplar y como los nervios pueden transformar un intercambio de palabras de lo más natural en un incompresible e incoherente trabalenguas. Ayer me chifló ese: “chicas, os tengo que decir algo muy importante, me he enamorado de Cristina” que sonó tan chocante e incomprensible para Guaci y Raquel como si les hubiera soltado “chicas, me llamo Antonia y soy una mujer” o “chicas, me llamo Carlos Jesús y me piro a Gamínedes”. La seriedad con la que se toma estas cosas, ese extraño entusiasmo entre retrasado e infantil y ese espíritu cambiante hacen de Antonio mi héroe del programa de ayer. Precioso también el paseo en coche y ese “como la cosa está un poco tensa he pensado que nos vamos a ir tú (Cristina) y yo (Antonio) a casa de mi primo (otro familiar hooligan y ya van tres)” o después del notición del enamoramiento “Rakel, mmm, me voy a llevar a Cristina a la playa, vosotras iros a comprar al mercadillo”, otro alarde buenísimo de tacto, caballerosidad y delicadeza. Sorprende también y mogollón la parsimonia de Cristina y su afán por decir "sí" a todo. Pone cara de “este tío está piripi” pero al mismo tiempo se ve como poseída por la repentina galantería de Antonio que promete dejarlo todo y hacerlo todo por ella. En serio Cristina, ¿te gusta este hombre? ¿porqué volviste?

Éxtasis burgalés.

Impagable. Silvia, es usted un genio. Parecía que la paz se asomaba a la granja de Julián. Este se disponía a invitar a cenar a Safita momento en el que Silvia decide sacar la recortada y con un disparo criminal y donde más duele hace que Safita pase de querer cenar con Julián a querer matarlo. Bastó con un “pues llevamos dos días juntos” para que Safita monte en cólera. Empieza entonces un rapapolvo increíble de Safita, muy bueno por cierto, y un magistral “¿puedo entrar? Es que como estáis hablando de mi” de Silvia. Es entonces cuando Safita y Silvia comienzan una soberana humillada verbal al inerte Julián que no entiende nada y no puede ni abrir la boca. “Estamos luchando por un mamonazo”, “golfo”, “puto mentiroso”, yo oí más improperios como “chulo”, “hijo de braga”, “mikolápiz”… pero mi novia que estaba delante asegura que no, que no dijeron nada de eso. Destacar también el clima en la escena del vilipendio, al más puro estilo dogma en un ejercicio crudo y realista como la vida misma. Al día siguiente obviamente nadie se acuerda de nada y la lucha por Julián se reanuda pero el golazo de Silvia queda ahí registrado, para siempre, otro golpe de efecto del lince anarco-indie. Observo en esta convivencia tan brusca y con tanto cambio de ritmo a Julián cada vez más ojeroso y ausente. ¿Se estará aburriendo como un hongo?, ¿estará abusando de ansiolíticos? desde luego parece cansado, distraído, fumado, puesto de heroína… sea lo que sea una opción muy cobarde la de ausentarse y no plantarse.

Destacar también la insustancial cena de Safita con Julián colocadísimo de lexatines y vestido con esa camisa terrorista a lo Robin Hood. Hay que ser cabronazo. Ni a David Bisbal le quedaba tan mal.


Pedro se alborota.

Por primera vez el mago de Bezderramán estuvo en un segundo plano. Aún así, disfrutamos con él. Su granja se convirtió en una fiesta donde hubo coplas, chicas, cánticos, hormonas y apuntes sexuales… la granja de Pedro fue un despiporre, por fin María se puso guapa, Pedro palote y el fervor animal salió a la luz. Qué mejor resumen que en palabras del protagonista, pondré sus frases y acto seguido mi interpretación:

Pedro: “Casi me explota un huevo”

Borja: Estaba tan caliente que casi me corro

Pedro: “Tengo papel higiénico por si alguna de las dos quiere jiñar”

Borja: Si por algún casual a alguna de las dos le entran ganas de defecar no se preocupen, está todo controlado.

Pedro: “Cuando el perro asoma el hocico, hago un agujero en el suelo, cruzo la garrota, me siento encima y ya está”

Borja: Si me entran ganas de cagar en medio del campo, cago y punto.

Pedro: “Necesito carnuza fresca”

Borja: Necesito follar a toda costa.

Pedro: “Amara me gusta algo por dentro. Físicamente no me atrae mucho pero no es un problema porque no hay que mirar el exterior”

Borja: Amara es Jabba el Hut pero el interior es lo que cuenta.

Pedro: “Está hormonalmente alborotada, la he olido”
Borja: Está salidísima, se le nota en la cara o algo así.


Pinocho quiere chocho y tensión experimental en Lleida.

Y muy brevemente las dos granjas de ayer, no menos flojas por sus niveles de tensión pero nada comparado con los templos ya resumidos. Allá vamos, Sergio que parecía enamorado de Marta se muestra entusiasmado por llegada de la albano-kosovar Elena. Al final gracias a una torpe alianza entre Alba y Marta, Elena y Sergio acaban durmiendo en la misma cama y a Sergio se le olvida que por las noches no hay luz pero el audio se graba igual. Sergio, que estaba enamorado de Marta intenta fornicar con la moldava y al despertar la acusa de acosadora y pecadora. Ella es inocente y él un mentiroso, salidorro y desleal. En este retorcido y complicado cuadrado amoroso Alba ha demostrado ser una chica leal. Tuvo una frase y se le notó cuerda.

Mientras tanto en Lleida no mejora nada, suerte que ha llegado Florience a la que obsequiaron con una agradable cena de bienvenida en la que Ramón y Mónica no llegaron a las manos de puto milagro. Mónica mal, muy mal. Santa Cheli paciente, muy paciente y Ramón cabreado con el mundo. Qué le vamos a hacer. ¡Florience salva a Ramón!


Repito lo que comentaba al principio. Granjero Busca Esposa 3 ha reventado. Celebrémoslo, comentemos cada pequeño detalle, alabemos a la categoría de los dioses a nuestros favoritos y destrocemos sin remordimientos a los que peor nos caigan, exprimamos esta obra maestra catódica hasta el aburrimiento.

¡Ayer, hoy y siempre: GRANJERO BUSCA ESPOSA!


Resumen Granjero Busca Esposa 3: episodio 0.

Resumen Granjero Busca Esposa 3: Episodio 1.
Resumen Granjero Busca Esposa 3: Episodio 2.
Resumen Granjero Busca Esposa 3: Episodio 3.
Resumen Granjero Busca Esposa 3: Episodio 4.