martes, 15 de noviembre de 2011

Granjero Busca Esposa: snif, snif...
Episodio 7: se acerca el fin.



Perdonad mi ausencia. Casi una semana después me he decidido a escribir una de mis últimas crónicas de Granjero Busca Esposa. Hoy accidentalmente he vuelto a ver la declaración de amor de Román a Yessica y me he dado cuenta de dos cosas. La primera es que todavía conservo el globo que me produjo el último episodio y dos, creo que de alguna manera debía devolverle a GBE un aplauso en forma de oda resumen y eso he hecho, plasmarlo. ¡GBE, gracias por existir! y lo digo sinceramente. Un teleadicto no sólo necesita violentos programas de docu-realidad y dos Gran Hermanos al año, también necesita emociones catódicas, programas que te hagan gritar y Granjero es el más vivo ejemplo de esto. No cambies nunca Granjero. Para evitar ponerme triste, sin más dilaciones aquí tienen el penúltimo resumen de un show donde por fin, parece que triunfa el amor. Amor granjero, amor freak e incluso verdadero: la razón de este programa. Ahí va:

Elisabeth no tiene los años de Cristo.
Elisabeth, la rubia de los polémicos 33, también ha sido uno de los highlights de la temporada. Bruta, mal operada y hablada y con una forma de ser incorrecta pero que nos ha gustado. Con perspectiva histórica reconozcamos que esta joven en cuerpo de vieja ha sido necesaria. Vaticino que será la primera Granjera portada de Interviú, incluso antes que Betsaida que según cuentan lo pide a gritos via Facebook. Elisabeth se mostró bastante ceporra, en su estado natural, la vimos tumbada a la bartola, engullendo morcilla y disparando contra Rebecca que por un momento creímos que caía a los encantillazos de Jonathan. Rebecca no cayó pero Elisabeth sí, sonó la Mala Rodríguez y la puerta se cerró. Y así con sexo guarrete se despidió la granja de Jonathángano. Echaremos de menos al tío de Jonathan, personajazo digo de un filme Berlanguiano.

Andabluff 
De su participación en esta edición me quedo con su piropo “pareces de un cuadro de Julio Romero de Torres”. El único error mayúsculo de casting de esta edición corroboró que lo suyo, al menos televisivamente, es un FAIL, un epic fail.

Gloria a César 
Sin Elo la emoción se fue al orto. Su locura perturbada agobiaba pero aportaba tensión. Desaparecida Eloca estábamos en manos de César y el romance con Gloria, dos personas divertidas que se llevan muy bien y eso nos encontramos, amor amistoso. Triunfó el amor cuarentón y nos quedamos sin ver como enloquecía Ángela, estoy seguro de que hubiera dejado a Elo a la altura del betún en niveles pyscho, tenía toda la pinta. Por cierto, buenísimo César asegurando a Angela “ella es mucho más graciosa que tú”.

Gustavor Pavor.

Gracias a Dios terminó la trashumancia. No olvidaré nunca el agónico rescate de las cabras anarquistas ni a Vanessa arrastrándose por el polvo con cara de apretón ataviada con su inseparable camiseta de Heidi Metal. Estampa que estoy seguro aparecerá en alguna de mis futuras pesadillas, definición visual de lo que yo entiendo por ansiedad. Quitando las cabras debo admitir que este último episodio fue brutal. Gustavo se nos puso elegante, con camisa blanca pomposa y botones metalizados metida por dentro, sus gafas de ciclista bakala y su pendiente de estrella de la NBA. Y Cristina con su vestido rojo al más puro estilo, y perdonen el término, ramera dándose la mano con fruición con su amado. Sus besos, sus tocamientos y sus declaraciones fueron un episodio magno de esos que me gustan a mi: vergonzantes, irritantes, perfectos. Me quedo con dos conversaciones. La primera una en la que Gustavo dice “me encantan sus bromas, son cosas simples pero para mi tienen importancia” una bonita descripción de la atracción sino fuera porque es mentira, en 7 programas no hemos visto nada parecido a una broma, y no recordaremos a Cristina precisamente por su faceta bromista. Y luego la accidentada conversación entre los tortolitos con Cristina sollozando “Te quiero, lo siento, ¿qué sientes? Y su charla en el banco conociéndose más, abriendo sus corazones. Y la despedida con Gustavo palote murmullando “ahiii te cogía yo ahora” y Cristina riendo en plan picaruela o su testimonio “Casi me enamoro totalmente”. Un enamoramiento adolescente por el que nadie en el planeta España da un céntimo de euro pero con el que hemos disfrutado de lo lindo.
No me quería despedir de esta granja sin recordar con todos vosotros la despedida del pueblo a Cristina y la otra: las fotos, los cánticos, los carteles, la fiesta... un homenaje sesentoide y muy español al forastero, a la novedad, a lo de fuera, a lo poco común. Un momento medio Callejeros medio Berlanguiano que ya es un clásico.

Melendi The Ex-Robot.  
Que seas muy feliz Melendi. Te lo mereces. Melendi y su rulot también nos han dado enormes momentos. Acuérdense cuando lo conocimos, cuando era un robot asturiano incapaz de expresarse. Y mírenlo ahora, dicharachero, ligón, decidido. Si Melendi nos gustó, ¿qué decir de Eva? El auténtico tapado del concurso. Una pena que entrara más tarde y no se diera a la bebida desde el minuto uno. Borracha y derrotada fue buenísima. ¿Por qué se picó en la cena? ¿qué bebió para estar así de ridícula de vuelta de la noche de marcha? La imagen final, durmiendo beoda en un rincón de la cochambrosa y yonqui rulot de Melendi es la imagen más dura de la derrota que he visto en la tele desde la eliminación de Sonia Monroy del último Supervivientes. Bestial el “Que no se rompa la noche” de Julio Iglesias sonando antes de la bronca, como anunciando follón. Y mención especial al pub del pueblo donde ponen musicón. Ver a Eva perdiendo los papeles mientras suena la versión de “Bailando” de Astrud fue poesía visual, arte televisivo.

Román y Yessica: COLOSALES
Con la actuación del pasado Miércoles Román se ha ganado un lugar de honor en el Olimpo de Granjeros ilustres. Los fans enfermos de este glorioso reality te recordaremos siempre. Ustedes pensarán en Pedro, David Escur y demás pero creo que Román ha ido un poco más allá, me explico. Ver a un Granjero enamorándose, enfrentándose al coqueteo por primera vez en su vida suma más. Es un extra fundamental. Viendo su particular historia con Yessica a mi me convenció y me devolvió esos momentos gloriosos que vivimos con Aitor y Ana en Granjero 1: momentos de extraña ternura, risa y vergüenza histérica y ajena, alegría y griterío, éxtasis. Una lista de atributos que se agradecen infinitamente más que el frikismo puro y duro. Televisivamente el amor y sus etapas, y de eso se trata este programa, es uno de los placeres más divertidos que me puede dar la vida. Me llamaréis exagerado pero así como otros teleadictos lloran con una final de Operación Triunfo o se emocionan cuando un español gana el Tour, escenas que a mi me importan un pito, yo alcanzo la plenitud televidente con gente e historias como la de Román y Yessica. Todo, y digo todo, fue un éxtasis. Román cuadró su actuación y Yessica partió la pana. Nuestra Fiona canaria se desparramó. Defendió su parcela a capa y espada y nos dejó con momentos bestiales. Y es que no sé qué momento suyo me gustó más. ¿Su lloro descontrolado o su incisiva manía por preguntarlo todo a un chico que se expresa torpemente? ¿Sus directas a Nika o el beso final? No lo sé. También estuvo fantástica en función ametralladora verbal: “Esto no es una pareja de tres Román, es una cosa de dos”, “¿Se han besado con Nika? Es que como le dices que sí a todo”. Muy chistosa. Por cierto y cambiando de tema ¿alguien vio el trozo de carne que se comió en la barbacoa? ¿Alguien se percató de su tamaño? Gigante, medieval, rollo Asterix y Obelix. Y claro luego está Román, ¡qué manera de expresar el amor! Qué distinto cuando dijo aquello de “Siento mariposas en el corazón, bueno, ahora no sé si tengo abejorros o qué”. Una síntesis animal e infantil. Tajante. Siempre pienso que el guionista que hace las entrevistas a Román que luego vemos en forma de testimonios tiene que flipar. Es el caos definitivo de la expresión oral, a veces pone hasta nervioso con tanto dicho que no entendemos. Por eso, el momento en el que leyó su poesía de amor fue tan importante. Fue un esfuerzo monumental y sobrehumano por expresar un sentimiento hasta entonces virgen. Un esfuerzo que todos agradeceremos eternamente. Nadie antes en la historia de Granjero, y fijaos que es un programa de amor, había osado obsequiar a su amada con un poema. Un poema sincero, un ejercicio obvio y básico pero tremendamente tierno. La prueba más real, clara y absoluta de amor del programa y probablemente de la historia de GBE. Veremos como acaban, mientras tanto, rememoremos, se me encoge el corazón todavía hoy, el poema histórico de Román a Yessica. Para vosotros, fans de Granjero:

A Granjero Busca Esposa vine con la ilusión
de encontrar el amor de mi vida que llene mi corazón
A mí el cara a cara me acojona un montón
pero con papel y boli me apaño mucho mejor
para poder decirte que me molas un montón.
No soy ni Becquer ni Lorca ni ningún autor de renombrón
sólo un muchacho de pueblo
que espera encontrar-se-tu-amor.
Quiero decirle a todo el mundo una noticia, un notición
porque creo que en mi granja está surgiendo el amor
y que una chiquita canaria tiene la culpa, oh señor!
No sé si habré sabido expresarme y que te guste, qué sé yo.
Esta es una bella manera de decir, te quiero mi amor. 


¿Cómo se quedan? Un ejercicio conmovedor, un momento que corrobora y certifica la vital importancia de Román en este show. Por ser el contrapunto a tanta violencia y palabrota y por obsequiarnos con  una historia de adolescentes en los cuerpos equivocados, una historia de cine donde todos hemos sido testigos del primer beso de Román. Ese beso inmenso y sonoro con el mantel de picnic y el campo atrás, una imagen que a todos nos recordó e incluso algunos creímos ver, y lo digo cariñosamente y totalmente en serio, una réplica exacta del amor de Fiona y Shrek en la ciénaga. Precioso.

Y como en la Ciénaga, triunfó el amor o más bien el calentón en todas las granjas. Todos los Granjeros acabaron en el catre, algo inédito hasta la fecha. El amor triunfa en Granjero Busca Esposa, quedaron atrás los Granjeros solitarios, las pretendientas que huyen, las broncas irreconciliables. Este Granjero ha sido distinto. Ya no queda nada, ya se acaba mi programa favorito. Dentro de unas horas disfrutaremos del último show, programa que contiene uno de mis momentos cumbre de todos los Granjero Busca Esposa, el momento en el que se juntan los Granjeros y conversan sobre sus conquistas, no me lo pienso perder.

Atentamente, 

En Episodios anteriores:
Episodio 6: El éxtasis
Episodio 5: El Ciber Caos 
Episodio 4: Giro epiléptico 
Episodio 3: Señales
Episodio 2: El oráculo 
Episodio 1: Mega-Epic 
Entrevista con Luján Argüelles