-Hablar con un contestador automático es ridículo. Teclear opciones es mucho más fácil.
-Las llamadas al 902 se cobran a precio de oro.
-Las canciones de espera son criminales y el loop es demasiado corto y marea.
-Dije una cosa que la máquina no entendió y con mucho morro la muy puta cambió de conversación a otra más absurda todavía sobre la televisión por cable.
-En un momento dado, a la petición “Diga qué opción prefiere, 1. Comprar un paquete…” interrumpí sin pensarlo, reconozco que me salió del alma, diciendo “Paquete tu puta madre”, la máquina me interrumpió diciendo “No ha introducido una opción válida…”, a lo que volví a interrumpir con una sarta de insultos memorable e imparable. Me sorprendió mi arte insultativo A mi hermano y a mi, le había puesto el altavoz previamente, nos entró un ataque de risa inhumano
-Al final engañé al puto contestador de los cojones y le dije que mi opción para hoy era darme de baja, enseguida me interrumpió Stephanie Morales. Era majísima, le conté mi historia y se reía, al final con una profesionalidad fuera de lo común para estos casos atendió a mi queja y prometió mandarme un técnico a casa. Confío en Stephanie.
En serio, ¿hay algo más estúpido que hablar con un contestador?